
Nuestra Escuela no ha quedado al margen de los daños que ha sufrido nuestra región. Hemos de lamentar la pérdida de algunas dependencias antiguas de adobe, sin embargo, ello no ha imposibilitado el inicio de las clases. Quiero reflexionar que cuando un edificio se cae, no sólo se pierde la construcción en sí, se pierde parte importante de la memoria histórica de quienes estuvieron fuertemente relacionados con ese espacio y por eso el dolor es mayor para los afectados, se pierde parte de su patrimonio, de su identidad.
Nuestra Biblioteca, un edificio nuevo, respondió muy bien, sólo sufrimos la caída y rotura de los estantes y de los libros. Ahora, nos queda seguir haciendo nuestro mejor trabajo para ustedes. Puedo adelantarles que ya estamos organizando lo que será nuestro día del libro, detalles que les daremos en el momento oportuno.
Mientras, les invitamos a todos a sacar fuerzas de flaqueza, pues la vida sigue su curso.
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