lunes, 25 de junio de 2007

Hoy les regalo un relato tradicional...

El Huevo de Yegua

Un gringo recién llegado a Valparaíso iba subiendo por el Cerro Cordillera a tiempo que bajaba Pedro urdemales con un enorme zapallo en los brazos.
El gringo detuvo a Urdemales y le dijo:
- ¿Qué cosa ser esa, amiguito?
- Es un huevo de yegua, señor, - le contestó Urdemales.
- Y ¿Cuánto valer?
- Dos pesos no más, señor.
- Y usté tomar estos dos pesos y darme a mí la hueva de yegua.
Y así lo hizo.
Siguió subiendo el gringo, y por mal de sus pecados dio un tropezón que lo obligó a soltar el zapallo, que se fue rodando cerro abajo. Se levantó el gringo y apurado siguió corriendo tras el zapallo; pero éste, que iba muy lejos, se dio contra un árbol que se levantaba al lado de una cueva, y del golpe se partió. Al ruido salió de la cueva una zorra, arrancando como un diablo. El gringo, que alcanzó a divisar que del lado del zapallo, que había quedado abierto, salía un animalito, salió corriendo detrás y gritaba: - ¡Atajen la potrilla!, atajen la potrillita."
Creyó que el animalito que huía era el potrillo que debía haber dentro del huevo de yegua, el cual había salido vivo al romperse el huevo.
Tomado del libro Cuentos de Pedro Urdemales / Pedro Laval. 3a. ed. Santiago: LOM, 1997.

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